Ceremonia civil original y muy nuestra, ¡Conseguido!
Uno de los pasos que a nosotros nos llevó más tiempo en la organización de la boda fue decidir el tipo de ceremonia civil que queríamos. Dentro de todo acto matrimonial hay una parte en la que los novios realizan un rito o ceremonia centrada en la unión de la pareja, el compromiso y la nueva etapa. Es una parte más seria por lo que hay novios que prefieren saltársela y pasar directamente a los anillos, pero en nuestro caso queríamos ese momento porque nos parece que le da más importancia al acto de casarse y pone en situación tanto a los novios como a los asistentes.
Revisando las ceremonias de boda que andan por la red, no nos gustaba ninguna, queríamos una ceremonia civil original, que no fuera típica, pero nos dábamos todo el rato de morros con lo que para nosotros fue la cursilería más severa. Nada pegaba con nuestra manera de ser ni con nosotros, todo eran parrafadas usadas en mil bodas y que valían para todas las parejas (¿cómo todo vale para todos?). Símiles y metáforas con arena, vino y velas. Frases estilo Mr Wonderful (muero). Nada nos lograba llenar lo suficiente como para que fuera la ceremonia elegida.
Los que nos conocéis sabéis que uno de los objetivos de nuestra boda era que todo hablara de nosotros, no queríamos algo estándar y por eso nos tocó currar mucho más en la preparación (valió la pena infinito), por lo tanto, la ceremonia civil estaba claro que tenía que llevar la misma magia.
Como no encontrábamos nada decidimos crear nuestra propio texto. Miles ideas locas y peregrinas pasaron por nuestra cabeza, pero una, aunque parecía de las más locas, fue tomando forma y se convirtió en la elegida.
¿Cómo surgió la idea?
En uno de nuestros viajes en coche surgió la idea de hacer la ceremonia del gin tonic; es lo que bebemos siempre los dos y tiene los elementos perfectos para contar una buena historia de amor. En el trayecto dijimos miles de metáforas entre risas, las cuales olvidamos después porque en ese momento lo descartamos como opción. Nos daba miedo la fina línea que existía entre casarse de manera original y casarse en un botellón.
Seguimos pensando opciones sin rumbo hasta que un día dijimos, ¿y si le damos un poco de empaque a lo del gin tonic? Y así fue, ¿sería posible casarnos con la ceremonia del gin tonic sin caernos para el otro lado?
El encargado de darle la magia al texto fue Hecter, el rey de las palabras en esta casa. Su misión era hablar del amor, del nuestro concretamente, a través de un gin tonic sin mencionar esa palabra. Lo consiguió.
Os dejamos el texto y el procedimiento que usamos en la boda. Puede que haya amantes de esta bebida que estén a punto de casarse y busquen algo diferente. Si podemos inspirar a más gente, ¡nosotros felices!
Los ingredientes para la ceremonia civil del gin tonic
Lo primero que tenéis que hacer es comprar unas botellitas mini de ginebra, como las del minibar. Nosotros cogimos unas Hendrick’s porque nos gustan y además la minibotella era muy chula y vistosa. La botella es negra, por lo que se ve desde lejos aunque los invitados estén más atrás, además la forma que tiene es fácilmente identificable.
Lo siguiente es comprar los aderezos para la ginebra en cuestión. Nosotros pillamos pepino y ramas de canela, realmente no es que pegue mucho esta última por lo que leímos, pero a nosotros nos gusta.
La tónica también es importante que pegue con la ginebra, la nuestra fue la Fever tree. Ya sabemos que luego salimos de fiesta y nos vale un Beefeater con Schweppes, pero estamos en una boda y hay que quedar un poco bien.
Por último, no os olvidéis de cuidar detalles ginebriles: Un buen vaso de balón, unos hielos grandes, un abridor y algo de atrezzo para la mesa.
El texto para la ceremonia civil
La ceremonia la leyó la persona que nos casaba, que en nuestro caso fue mi prima Charo (gracias por todo!) y daba comienzo así:
En esta noche nos encontramos aquí para ser testigos de la unión de Héctor y Ani, quienes han decidido unir sus vidas delante de todos vosotros, y simbolizar su matrimonio a través de una ceremonia que refleja su personalidad y sentimientos hacia el matrimonio y hacia ellos mismos.
Héctor, Ani, hoy vuestras vidas se entrelazan, y simbolizamos vuestra unión a través de una mezcla de elementos que resulta en un cóctel perfecto. Cada uno de estos ingredientes representa todo lo que habéis vivido, lo que sois y todo lo que en el futuro experimentaréis como seres individuales y como matrimonio. Tomad vuestros recipientes.
Esa pequeña botella contiene una bebida amarga y seca. En todas las vidas individuales y también en las parejas hay momentos complicados, vivencias duras que nos marcan como personas y ponen a prueba nuestra resistencia y nuestra estabilidad. Como no podemos evitar que falten, los añadimos a nuestra bebida para que los combatáis juntos y os hagan aún más fuertes.
Esta segunda bebida no es especialmente dulce, pero es más importante de lo que puede parecer. Como veis, ocupa gran parte del vaso. Representa las vivencias diarias, las rutinas y la convivencia. Son las series bajo la manta y el cocinar juntos los fines de semana. También tiene un toque chispeante y gaseoso, porque la rutina no significa aburrimiento, significa la oportunidad de pasar todos los días de tu vida, incluso los que no son especiales, junto al otro.
El último elemento son los aderezos. Pequeños detalles de muchos sabores que nos encontramos sin planearlo. En sí mismos son pequeños, pero al infusionarse por todo el vaso hacen que lo que era una pequeña alegría acabe impregnando de color y de sabor el resto de la copa. Nunca olvidéis esos pequeños detalles, esas sorpresas insignificantes que teñirán vuestra vida de un color único y le darán también un sabor especial.
Ahora, estos recipientes se han vaciado y los contenidos se han fusionado en una sola pieza. Así como esta bebida nunca podrá separarse y regresar de nuevo a los contenedores individuales, deseamos que así sea vuestro matrimonio, el cóctel único y delicioso que siempre os apetezca tomar.
Brindamos y bebimos de nuestras copas de Hendrick’s, pero como no acabó todo en ese momento, al final las copas se quedaron allí, nos olvidamos de ellas entre abrazos, besos y buenos deseos, todavía nos pesa en la conciencia.
Las fotos son obra de Johnny García Fotografía, nuestro fotógrafo de boda, ¡un crack! Ya haremos un post solo para él porque lo recomendaremos siempre.