Despedida de soltera – Ideas cuquis de mis amigas
¡Soy tan afortunada que he tenido dos despedidas de soltera de las amigas! Las dos super chulas y diferentes, pero ambas muy yo. Han conseguido sobrepasar todas mis expectativas y os lo vengo a contar por si necesitáis ideas para las vuestras. Empiezo con la despedida de soltera cuqui, la llamaré así porque me sentí como una diosa los tres días.
ANTES DE LA CUQUI DESPEDIDA…
Me levanté por la mañana, fui al baño y mientras me lavaba la cara repasé de memoria el plan para ese día: mamá no tiene vestido para la boda y tenemos la misión de conseguir uno. SEA COMO SEA. Pobre mi madre, estaba histérica ayer, “no salgas ehhh, a ver si vas a salir el viernes y encima te quedas dormida y no me puedes acompañar”, me decía. Obviamente yo soy una hija de palabra y si le dije a mi madre que iba a madrugar para estar lista a las 11 de la mañana , ahí iba a estar yo.
Me levanté a las 10 am, iba con tiempo y con la calma. Me esperaba un día duro y me estaba mentalizando. De camino al salón suena el portero automático y Hecter me mira y dice: “que viene tu madre”. Mi cara de sorpresa era un poema. ¿pero ya? Pero si le dije a las 11!!! Otra vez que me pilla a medio preparar! Aaayyy…
Espero a mi madre en la puerta, con la firme intención de decirle que la hora de quedada eran las 11 y que si todavía tenía que ducharme y desayunar no era mi culpa. Se abre el ascensor y no aparece mi madre, aparecen mis amigas gritando emocionadas y felices, veo un par de móviles grabándome y lo primero que pienso es “estas vienen de fiesta”. Pero no, me percato de que hay maletas y ya por fin Angie, como creo que veía mi cara de WTF, me anuncia que estoy en mi despedida de soltera… Y os juro que noté el SUBIDÓN desde la punta de los dedos hasta la punta de los pelos!
Desayunamos entre risas, stories y emociones. Anita, Cheek, Angie y Lopa con sus caras de misterio y el MUAHAHAHA en las miradas. Yo mientras corriendo entre el café, las porros porras, los churros y la maleta. Rodeada de vasos y platos de unicornio y todavía con el susto en el cuerpo que iba pasando a emoción y a explosión de amor. AAAYYY.
– ¿Pero qué meto?
– Un chubasquero, unas zapatillas de montaña, cosas de guapa y bañador.
– WHAT?????
– ¿para qué las zapatillas? PORQUE VAS A HACER RÁPEL.
Y esta fue la frase de la despedida.
En serio, no se puede explicar esa sensación si no la has vivido. La incertidumbre te recorre, en tu cabeza pasan 2 millones de opciones de viaje y el vértigo se apodera de una misma. Por no hablar de EL MIEDO, porque tú quieres mucho a tus amigas y ellas te quieren mil, pero que te hagan meter cierto tipo de ropa mientras se descojonan… da miedo. MUCHO.
Hice la maleta más random de toda mi vida, se me olvidaban cosas básicas debido a mi bloqueo eufórico y metí otras, como un bañador de Hecter, que no necesitaba para nada. Tras un beso fugaz al que sería mi futuro esposo me fui sin saber dónde. Me metieron en un flamante Mercedes y me pusieron un antifaz precioso que me otorgaba un aspecto de animal retrasado.
No supe dónde iba hasta casi el final del trayecto. ¿Mucho verde? Mmmm ¿vacas? ¡¡¡Asturias o Cantabria!!! Apareció un cartel y la felicidad vino a mí, hacía casi 20 años que no iba a….. ¡Santander!
Cómo te cambia la vida, crees que tu día va a ser normal y acabas secuestrada vestida de búho retrasado de camino a Santander.
Llegamos al apartamento, una moderna casita para nosotras todo el puente. Porque no lo he contado, pero la despedida fue en el puente de mayo. Dejamos las maletas y nos fuimos a comer. Después de comer empezó el maratón de los planes y los eventazos. Os cuento por si queréis copiar para vuestras próximas despedidas:
DÍA 1: La bellesa y el trap
Copitas de tranqui
No hay una despedida que se precie que no tenga alguna copa feliz. Sobre todo si tienes ambiente de terraza. Mis plasplaseas, las llamaré así en conjunto desde ahora, eso lo saben bien. La ginebra fue el hilo conductor de toda la despedida y no puedo ser más fan de esto porque no me faltó en todo el tiempo una buena copa sobre la mesa.
Beauty party
Una beauty party puede sonar a algo normal en una despedida de soltera. Sí que es cierto que es una actividad que suele hacerse y que da mucho juego si a la novia es un tema que le guste, pero tengo que decir que en mi caso mis amigas quisieron hacer de ese momento algo especial y muy mío. Muy nuestro. BEAUTY PARTY PRIVADA CON KARAOKE.
¿En serio puede haber algo más feliz en el mundo que te hagan la bellesa mientras cantas en un karaoke? En mi mundo no lo creo y en mi despedida de soltera menos.
Además, nos pusieron canapés y nos dieron cocktails ricos. Todo esto sumado al vino de la comida y a las copas de tranquis dio como resultado cantar temazos de ayer y de hoy a gritos. Mención especial a Angie con la letra de Obsesión y a Paloma, que amenazó sin querer a una de las chicas a ritmo de trap. Nos hicimos varias fotos con cero vergüenza y a mí me hicieron una fish pedicure que ha sido algo raro total en mi vida.
El sitio en cuestión es Las thermas del Ruham y se portaron con nosotras genial aguantando más tiempo del que debían y todo con una sonrisa enorme. Mil gracias chicas, ¡salimos encantadas!
Este día también intentamos grabar un vídeo en modo Pantomima Ful, que a ver, no nos quedó del todo bien porque los móviles iban ya tiritando de batería y porque nos faltaron escenas. Pero lo intentamos.
Cenamos una hamburguesa grande y preciosa y nos fuimos a quemarlas a un bar donde no nos pusieron Maluma pero sí Estopa. Que por cierto, Maluma no se llama Joselu, se llama Juanlu, pero que nos da igual porque en nuestros corazones siempre será Joselu.
DÍA 2: Despedida de soltera en modo Lomana
Nos levantamos y no había desayuno. El día antes no nos había dado tiempo a comprar nada así que tuve que aguantarme las ganas de un café. Yo como estaba todo medido y organizado, pues no decía mucho, lo que las plasplasitas hubieran preparado bien estaba, después de la fiesta de la bellesa confiaba plenamente.
– Ponte de guapa hoy que vamos al rápel
– ¿de guapa? ¿para ir al rápel?
Siempre el mismo miedo en el cuerpo, aunque llevara tacones siempre dudaba de que en algún momento me tocara hacer rápel o similar.
Brunch
Cuando bajé del taxi no me lo podía creer. El día estaba muy del norte, pero llegar al restaurante Deluz se paró la lluvia y salió el sol. El nombre Deluz en ese momento tuvo todo el sentido del mundo. El sitio por fuera ya era impresionante, pero por dentro… El outfit de guapa estaba totalmente justificado.
Los salones impresionantes, la decoración espectacular y la comida… INCREÍBLE. Creo que no he comido tan bien en mi vida. Todo perfecto: mis amigas, comida orgánica preparada con muchísimo gusto, risas y un postureo Lomana que nos duró solo un ratito. ¡¡¡Había champán para desayunar en mi despedida de soltera!!! No podía estar más contenta.
Si estáis en Santander o vais a ir, ya sea de despedida de soltera o no, por favor acercaos y vivid este momento capricho. Para mí, dentro de los regalos de las chicas, este brunch se lleva el premio a la vivencia más especial. Además con ellas todo se hace mejor.
Tarde de copas y trajes, “tra-jes”
Como decía, el día no acompañaba para muchos paseos y terrazas, así que volvimos caminando por el paseo viendo la playa, nos hicimos fotos y volvimos a nuestro sitio de beber de confianza.
No sabemos cómo pero la tarde se nos pasó volando entre copas y platitos de cacahuetes. Acabamos entrecomillando todo al hablar porque se nos fue de las manos. Discutimos sobre si robar niños en un parque puesto de setas era un invent o no y dejamos bien claro que está feo que un perro policía de la patrulla canina le tenga que decir a un agente, que ha estudiado en la academia, dónde está un cadáver… está feo… eso está feo.
Ese día cenamos en un Asturiano donde un señor nos atendió super borde, pero compensó porque trolleamos a unos chicos. Por la noche volvimos al bar surfero que ponía reggaetón pero morimos pronto. Es lo que tiene desayunar champán.
DÍA 3: Búsqueda del amor despechado
Nos despertamos pronto y el miedo volvió a mí, pero esta vez más fuerte. Mientras sonaba algún temazo en el móvil me dijeron que esta vez SÍ QUE TENÍA QUE PONERME LAS ZAPAS Y MALLAS. Mirad, yo me veía haciendo rápel muchísimo el día del trabajo y no me hacía ni puñetera gracia.
Obedecí, porque si algo aprendes cuando eres una novia en tu despedida de soltera es que las ideas de tus amigas son sagradas. Así que yo… Zapas y mallas y al coche otra vez con el antifaz del búho retrasado.
Durante el camino hablaban cosas coherentes, intenté pillarlas por algún lado pero no. Nada. Todo iba teniendo sentido y no me gustaba nada.
Aparcamos el coche y yo me quedé dentro. Como en una pecera, lo único que me llegaba del exterior eran las risas histéricas de las plasplasitas y el sonido de otros coches.
Cuando salí descubrí que estaba en un parking y que me tocaba vestirme de algo, ¿algo para el rápel? ¿disfraz cutre? ¿dónde estaba?
Mi disfraz de unicornio fue mi tercera sorpresa retop. No se puede molar más que con este unicornio. Si encima descubres que el pueblo en el que estás es San Vicente de la Barquera y que, aprovechando que Paula y Busta lo habían dejado, tus amigas te habían llevado allí a buscar a Bustamante para declararle amor eterno, ya el descojono es insuperable.
Pasamos el día por allí, yo montada en mi unicornio donde me hicieron fotos, me ladraron perros y fui la envidia de todos los niños del lugar. Tengo que decir que una despedida en Salamanca pues no llama la atención, estamos cansados ya de verlas, pero en San Vicente creo que no tienen muchos unicornios cabalgando por sus calles, así que fuimos un poco la atracción del pueblo y de las terrazas.
Volvimos a casa sin encontrar a Bustamante pero con mil historias buenísimas para contar. Cenamos todos juntos en una terraza ya con los chicos y revivimos todos los momentos que habíamos pasado. Este viaje lo teníamos pendiente desde hace mucho tiempo y a mí me hace especial emoción que haya sido en mi despedida de soltera. Ya tenemos pensado el siguiente destino para la siguiente que se casa, Paloma, ella no tiene fecha pero nosotras la hemos puesto en la cola de las novias y tenemos pensado un lugar top. Si al final no dan el paso a la boda, igualmente nos vamos de viaje que esta terapia de felicidad debería ser obligatoria mínimo una vez al año.
Gracias mis amores, os habéis currado una despedida de soltera espectacular y pensada 100% en mis gustos. Todo fue perfecto desde el primer churro hasta el último brindis con el Thunder Bitch. Y por supuesto, gracias por cambiar el rápel por el unicornio, nunca os estaré suficientemente agradecida.