Problemas de hoy: El moño de las 12 de la noche
Salgo del sofá, y digo salir porque conseguí tener un hueco propio entre los cojines. Apago el ordenador, abandonado desde hace varios minutos, y me fijo en que la tele lleva encendida intentando llamar mi atención un buen rato sin conseguirlo; Últimamente la tele es una mierda. Hoy tenía un día muy de libro.
Me dirijo al baño para el ritual de antes de dormir: Dientes, colonia fresquita y cremas varias. En el espejo se refleja una loca de pelo largo y ondulado con una mezcla de pijamas que no combinan.
Me recojo el pelo como puedo en un moño alto para lavarme los dientes cómodamente, agarro el cepillo y la pasta, justo en el instante en que iba a mezclarlos, miro de nuevo al espejo y…
AHÍ ESTÁ
El moño perfecto, ese que llevan las de Hollywood cuando van de casual. Están sueltos los pelos que tienen que estar y no hace falta ni una horquilla para sujetarlo. Me dan ganas de hacerme fotos de lo guapa que estoy (alguna me hice para poder poner la de arriba, no os voy a engañar).
Me lavo los dientes, me pongo las cremas y me lleno de colonia (me encanta dormir oliendo a colonia de litro), de camino a la cama decido que ese será el moño que llevaré mañana a trabajar. No me quito la goma, duermo con él con la firme intención de no mover la cabeza en toda la noche.
Por la mañana se ha ido, después de 7 horas de sueño el moño ya no existe. Lo intento de nuevo en el baño, pruebo mil formas y maneras, pero no vuelve. Me ha abandonado justo en el momento que más lo necesitaba. Y así varias noches a la semana.
Si tuviera un trabajo de noche, iría guapísima todos los días.
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