Rosa/Azul 1/3
Y allí estaba ella, en camisón frente al espejo del baño, aún con el Predictor en la mano como quien sostiene un cepillo de dientes a las siete de la mañana, sin querer, sin pensar siquiera que lo lleva en la mano.
-¿Y si no se lo digo? ¿Y si aborto y no se lo digo?, No, no, debe saberlo, pero… ¿y si no quiere hacerse cargo? ¿fue un descuido mío?, no puede ser, ¡es que no puede ser! me he tomado la píldora todos los días.Caminaba sola descalza por toda la habitación hablando con ella misma, intentando saber cual fue el día en el que sus píldoras se alinearon con la pasión para tener este gran problema. Y se tumbó en la cama, y se acordó del día, de la comida de amigos de principios de mes y de lo mal que le sentó el vino y la ginebra. Y se acordó de estar en el baño con su amiga Lucía y de vomitar los 40 euros que acababa de pagar. Se le revolvió todo de nuevo y corrió hacia el baño y volvió a agarrarse a la taza, esta vez sola, vomitando sobre los 28 años de libertad sin niños que había tenido hasta esa mañana.
Fue arrastrando los pies por el pasillo, mirando el móvil y preguntándose mil cosas. Llevaba con Mateo 2 años, pero ninguno de los dos creía que fueran la pareja perfecta, vivían de alquiler en un barrio perdido de Madrid con lo mínimo y sin vistas a que esa situación fuera a cambiar a mejor, mas bien, todo lo contrario. Se sentó en la silla de la cocina y se hizo una manzanilla.
– ya que voy a ponerme como una vaca, pues qué mas da, le echo azúcar y me como un donuts. ¿Será niño o niña?,¿a quién se parecerá? espero que a mí porque soy mas guapa que él -reía sola en la cocina como los locos que hablan con su otra parte del cerebro y no lo saben.