Tu viejo juguete, Mi nuevo amigo
Un día fui a una tienda de esas de cosas raras y camisetas molonas con mensajes de mirar y sonreír.
Mirando entre posters de Amelie y muñecos de Alf los vi, simpáticos como siempre, no habían cambiado nada, ni engordado ni arrugas… nada! y eso que hacía por lo menos 15 años que no jugábamos juntos.
Playmobiles con la cabeza perforada, metidos en llaveros, metidos en collares, dispuestos para adornar la vestimenta de chicas que los supieran llevar.
Y lo memoricé, grabé en mi memoria en ese momento los pasos que tenía que dar hasta tener uno en mi poder. No me vale comprarlo, quiero hacerlo. Hablé con Rodri y él me regalo uno pequeño pero tannn bonito.
Y así nació ella, la primera de unos cuantos seguro, con una alcayata en la cabeza grande, pero que no le queda mal (lo siento muñeca, ayer no encontré una más pequeña).
Guardaré estos colgantes para que, si en un futuro tengo una niña, pueda enseñarla a sacarlos a pasear.